Biblioteca Popular José A. Guisasola

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Cuento: MAÑANA

Libro: “Días con Sapo y Sepo”. Edit. Alfaguara Infantil.


Sepo se despertó.

—¡Maldición! —dijo—. Esta casa es un desorden. Tengo un montón de cosas que hacer.

Sapo miró por la ventana.

—Sepo, tienes razón —dijo Sapo—. Es un desorden.

Sepo se tapó la cabeza con las mantas.

—Lo haré mañana —dijo Sepo—. Hoy pasaré el día tranquilo.

Sapo entró en la casa.

—Sepo —dijo Sapo—, tus pantalones y tu chaqueta están tirados en el suelo.

—Mañana —dijo Sepo debajo de las mantas.

El fregadero está lleno de platos sucios —dijo Sapo.

—Mañana —dijo Sepo.

—Hay polvo en las sillas.

—Mañana —dijo Sepo.

—Las ventanas necesitan un fregado, —dijo Sapo—. Las plantas necesitan agua.

—¡Mañana! —gritó Sepo—. ¡Lo haré todo mañana!

Sepo se sentó en el borde de la cama.

—Brrr —dijo Sepo—. Tengo murria.

—¿Por qué? —preguntó Sapo.

—Pienso en mañana, —dijo Sepo—. Pienso en toda la cantidad de cosas que tendré que hacer.

—Sí —dijo Sapo—, mañana será un día agotador para ti.

—Pero Sapo —dijo Sepo—, si recojo los pantalones y la chaqueta ahora mismo, no tendré que recogerlos mañana, ¿verdad?

—No —dijo Sapo—. No tendrás que hacerlo.

Sepo recogió su ropa. La colocó en el ropero.

—Sapo —dijo Sepo—, si lavo los platos ahora mismo, no tendré que lavarlos mañana, ¿verdad?

—No —dijo Sapo—. No tendrás que hacerlo.

Sepo lavó y secó los platos. Los colocó en el armario.

—Sapo —dijo Sepo—, si quito el polvo de las sillas, friego las ventanas y riego las plantas ahora mismo, no tendré que hacerlo mañana, ¿verdad?

—No —dijo Sapo—. No tendrás que hacer nada de eso.

Sepo quitó el polvo de las sillas. Fregó las ventanas. Regó las plantas.

—Vaya —dijo Sepo—. Ahora me siento mejor. Ya no tengo murria.

—¿Por qué? —preguntó Sapo.

—Porque he hecho todo el trabajo —dijo Sepo—. Ahora puedo reservar el día de mañana para hacer lo que realmente quiera.

—¿Y qué vas a hacer? —preguntó Sapo.

—Mañana —dijo Sepo—, puedo dedicarlo nada más que a descansar.

Sepo volvió a la cama. Se tapó la cabeza con las mantas y se durmió.



FIN





—Días con Sapo y Sepo (Days with Frog and Toad, 1979). Madrid: Alfaguara, 2003; 3ª ed., 2ª impr.; 72 pp.; col. Infantil amarilla; trad. de María Puncel; 6 años: primeros lectores.



Sapo y Sepo son dos amigos que saben hacer distintas cosas: un día uno arregla la casa o intentan volar una cometa, otro día cuentan cuentos y otro día Sapo quiere estar solo.

Contenido del libro:
Mañana
La cometa
Escalofríos
El sombrero
Solo


Visto y leído en:

Scribd - red social de lectura y publicación
Lobel Arnold - Dias Con Sapo Y Sepo.pdf

https://es.scribd.com/document/352538162/Lobel-Arnold-Dias-Con-Sapo-Y-Sepo-pdf


Cuento: EL SOMBRERO

Libro: “Días con Sapo y Sepo”. Edit. Alfaguara Infantil.


En el cumpleaños de Sepo, sapo le regaló un sombrero.

Sepo estaba encantado.

—Feliz cumpleaños —dijo Sapo.

Sepo se puso el sombrero. Se le hundió hasta los ojos.

—Lo siento —dijo Sapo—. Ese sombrero es demasiado grande para ti. Te regalaré otra cosa.

—No —dijo Sepo—. Este sombrero es el regalo que me has hecho. Me gusta. Lo llevaré puesto así.

Sapo y Sepo se fueron a dar un paseo.

Sepo tropezó con una roca.

Chocó contra un árbol.

Se cayó en un hoyo.

—Sapo —dijo Sepo—. No veo nada. No voy a poder llevar tu precioso regalo. Es un triste cumpleaños para mí.

Sapo y Sepo se sintieron tristes durante un rato.

Luego Sapo dijo:

—Sepo, ya sé lo que debes hacer. Esta noche cuando te vayas a la cama debes pensar en unas ideas muy grandes. Esas grandes ideas harán crecer tu cabeza. Por la mañana te puede quedar bien el nuevo sombrero.

—Qué buena idea —dijo Sepo.

Aquella noche cuando Sepo se fue a la cama pensó en las ideas más grandes que pudo pensar.

Sepo pensó en girasoles gigantescos.

Pensó en altos robles.

Pensó en enormes montañas cubiertas de nieve.

Luego Sepo se durmió.

Sapo entró en casa de Sepo.

Entró silenciosamente.

Sapo agarró el sombrero y se lo llevó a su casa.

Sapo le echó agua al sombrero.

Puso el sombrero secar en un sitio caliente.

El sombrero empezó a encoger.

El sombrero se redujo cada vez más.

Sapo volvió a casa de Sepo.

Sepo estaba todavía profundamente dormido.

Sapo volvió a colocar el sombrero en la percha donde lo había encontrado.

Cuando Sepo se despertó por la mañana, se puso el sombrero en la cabeza.

Le venía exactamente a la medida.

Sepo corrió a casa de Sapo.

—¡Sapo, Sapo! —gritó—. Todas esas grandes ideas han hecho mucho más grande mi cabeza. ¡Ya puedo llevar tu regalo!

Sapo y Sepo fueron a dar un paseo.

Sepo no tropezó con una roca.

No chocó contra un árbol.

No se cayó en un hoyo.

Resultó ser un día muy agradable el siguiente al cumpleaños de Sepo.


FIN



—Días con Sapo y Sepo (Days with Frog and Toad, 1979). Madrid: Alfaguara, 2003; 3ª ed., 2ª impr.; 72 pp.; col. Infantil amarilla; trad. de María Puncel; 6 años: primeros lectores.



Sapo y Sepo son dos amigos que saben hacer distintas cosas: un día uno arregla la casa o intentan volar una cometa, otro día cuentan cuentos y otro día Sapo quiere estar solo.

Contenido del libro:
Mañana
La cometa
Escalofríos
El sombrero
Solo

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Video: Días con Sapo Y Sepo Por Arnold Lobel "El Sombrero" - Canal: Tiempo De Leer

https://www.youtube.com/watch?v=zqjeHtgJ0so
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